Todos los instantes de mi vida, son sentimientos apasionados. Sentimientos en los que me zambullo sin vacilar en un río de pasiones. Sentimientos por los que navego sin conocer el destino final. Porque siento que esa falta de «destino» predeterminado, es pura libertad. Y sin libertad, me muero, no existo.
Se que soy libre para elegir lo que deseo e intento que mis decisiones sean tomadas con valor y – a veces- con dosis de locura.
Acepto mis pasiones, no las oculto, y las disfruto intensamente. Se que no es necesario renunciar al entusiasmo de mis conquistas; ellas forman parte de mi vida y espero que alegren felizmente a todos los que participan en ellas. Pero lucho por no perder de vista las cosas duraderas, y los lazos creados con solidez a través del tiempo, el amor y la sensibilidad.
Digo lo que siento pero, sobre todo, siento lo que digo. Lo contrario es una pérdida de mi tiempo y del tuyo.
«Jamás paso los días intentando representar lo que otros escogieron para mi»
Y siempre, sin temor al que dirán o pensaran, disfruto haciendo cosas fuera de lo común:
puedo bailar en la calle mientras me dirijo al trabajo, mirar a los ojos de un desconocido para hablar del amor a primera vista y defender una idea distinta aunque pueda parecer ridícula. No tengo miedo a llorar antiguas penas, ni de alegrarme con nuevos descubrimientos.
Cuando he sentido que ha llegado el momento, he abandodo todo y partido hacia la aventura tan soñada. Y Cuando entiendí que estaba en el limite de mi resistencia, salí al combate, sin culparme por haber hecho alguna locura inesperada.
Jamás, jamás paso mis días intentando representar lo que otros escogieron para mi….ya lo hice en el pasado.
Jotapé
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